9 de junio. LOS VIEJOS SUEÑOS NO TIENEN POR QUÉ MORIR.

«Se despiertan sueños dormidos y surgen nuevas posibilidades.»

Texto Básico, página 106.

La mayoría teníamos sueños cuando éramos más jóvenes. Sonábamos con una profesión dinámica, una familia grande y cariñosa o viajes al extranjero; pero los sueños murieron cuando la adicción tomó el control. Nuestro afán de drogas nos hizo abandonar todo lo que deseábamos. Nuestros sueños no pasaban de la siguiente droga y de la euforia que esperábamos que nos diera.

Ahora, en recuperación, tenemos una razón para esperar que nuestros sueños perdidos puedan hacerse realidad. No importa la edad que tengamos, lo mucho que la adicción nos arrebató o lo inalcanzables que parezcan nuestros sueños, librarnos de la adicción activa nos da la posibilidad de ir en busca de nuestras ambiciones. Quizás descubramos que tenemos mucho talento para algo, o una afición que nos encanta, o que continuar nuestra educación puede darnos extraordinarias recompensas.

Solíamos poner casi toda nuestra energía en elaborar excusas y pretextos de nuestros fracasos. Hoy en día, avanzamos y hacemos uso de todas las oportunidades que la vida nos presenta.

Quizás nos sorprenda todo lo que somos capaces de hacer. Partiendo de la base de nuestra recuperación, al fin están a nuestro alcance el éxito, la realización y la satisfacción.

SÓLO POR HOY: A partir de hoy, haré lo que haga falta para hacer realidad mis sueños.