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Equinoccio de Primavera, uno de los mejores poemas de Ivelisse Teresa, poetisa cubana
- 2025/02/08
- 再生時間： 2 分
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サマリー
あらすじ・解説
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un día justo como este.
Aún lo recuerdo,
empezaba el equinoccio de primavera,
el cielo era gris.
Cuando subimos la montaña
las golondrinas jugaban en el aire.
Yo estaba en los pájaros
y los pájaros estaban en mí.
Olía como las flores
y las flores eran iguales a mí.
Me tomaste de las manos
y saltamos por encima de las piedras,
el puente nos contemplaba
con los brazos erguidos,
los insectos nos vigilaban con recelo.
Miré las orquídeas
silvestres
y pensé lo solo que había estado
el jardín
hasta aquel día.
Eras joven,
en tus ojos se reflejaban
campos aún por recorrer.
Dijiste que yo sería
una mujer para siempre
y de pronto me pregunté
si podías caminar en mi ausencia,
si alguien que no fuera yo
podría ocupar mi sitio.
En aquel preciso momento
estuve triste y callada.
Sentí que era el instante perfecto
para besarte.
Ivelisse Teresa Machín
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- Yo volví a nacer
un día justo como este.
Aún lo recuerdo,
empezaba el equinoccio de primavera,
el cielo era gris.
Cuando subimos la montaña
las golondrinas jugaban en el aire.
Yo estaba en los pájaros
y los pájaros estaban en mí.
Olía como las flores
y las flores eran iguales a mí.
Me tomaste de las manos
y saltamos por encima de las piedras,
el puente nos contemplaba
con los brazos erguidos,
los insectos nos vigilaban con recelo.
Miré las orquídeas
silvestres
y pensé lo solo que había estado
el jardín
hasta aquel día.
Eras joven,
en tus ojos se reflejaban
campos aún por recorrer.
Dijiste que yo sería
una mujer para siempre
y de pronto me pregunté
si podías caminar en mi ausencia,
si alguien que no fuera yo
podría ocupar mi sitio.
En aquel preciso momento
estuve triste y callada.
Sentí que era el instante perfecto
para besarte.
Ivelisse Teresa Machín
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