Si no se puede construir una iglesia sobre un Cristo muerto, tampoco uno pensaría que se podría hacer con semejante grupo de discípulos. Juan acaba su Evangelio en el capítulo 21 citando a Pedro y Tomás en primer lugar. ¿Qué se podía hacer con gente con semejantes dudas, infidelidades y pecados? No hay duda que la Iglesia es desde el principio una compañía de pecadores. Al volver de un concierto en 1989, Dolly Parton escuchó en la radio la canción de Don Francisco, "Él está vivo" (He´s Alive) y la cantó en los premios de música "country" de ese año. La nieta de un pastor pentecostal, criada en la Iglesia de Dios, se identificó inmediatamente con el tema que Francisco grabó en 1977, al recuperar la fe que había perdido como hijo de un profesor de seminario. La Buena Noticia según Juan acaba con las evidencias de que "Jesús vive". El grupo catalán Ressó dio testimonio de ello en el vinilo que hicieron en unos estudios de Barcelona en 1978, que daría nombre a su siguiente grabación, resultado de la amistad de tres jóvenes de una iglesia evangélica, dos de los cuales por lo menos ya no están entre nosotros: Josep Messeger y Alex Blanco. Dogwood es también el nombre de un grupo de country de Nashville que se pasó al rock en los 70, que no hay que confundir con la banda de punk californiana de los 90. En 1979 hicieron un himno a la Resurrección como "Un día hermoso" (It´s A Beatiful Day). La película canadiense sobre "La Iglesia de la Paloma Solitaria" en 2014 es una historia del Oeste que cuenta cómo se fundó en realidad la iglesia bautista del mismo nombre en Texas en 1845. El personaje de Tom Berenger interpreta al verdadero predicador que va a buscar a su hijo, cuando es acusado de asesinato. El mensaje del film es claro. Como dice todavía la página web de la iglesia, es una congregación "hecha de pecadores que han sido salvados por la radical, sorprendente y sobreabundante Gracia de Dios". José de Segovia comenta algunas escenas que escuchamos en la versión doblada con el fondo de la banda sonora de "Paloma Solitaria" por Basil Poledouris, la miniserie de los 80, basada en la novela de Larry McMurtry que toma el título de la historia de esta iglesia. "El sonido de los pecadores" es la canción de The Clash que más claramente habla de religión. Apareció en su disco "Sandinista" (1980) y llegó a ser la preferida de músicos como Elvis Costello. El cantante Joe Strummer dijo en una entrevista que no era una critica o una burla. Explica que surgió con el terremoto que hubo Los Ángeles y el batería Topper Headon dice que después de tanta droga, "uno tiene que creer en Jesús". Acabamos con una de las más apreciadas canciones de Keith Green, "La Gracia sobre la que me mantengo" (Grace By Which I Stand). Está en su álbum de 1980, el único disco en el que colaboró Bob Dylan con su armónica, cuando estaba con él en la Comunidad de la Viña, a la que llegan ambos músicos judíos en los años 70, cuando se reunían en una casa de Beverly Hills con el pastor y cantante de origen luterano Kenn Gulliksen. Aunque habla en ella de hacerse mayor, Green la canta poco antes de morir a los 28 años en un accidente de aviación. Este disco como todos los que publicó, los distribuía gratuitamente en vinilo, dieras o no algo a cambio, por la misma Gracia que los hizo.
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